Renovar-se o morir (adaptar los horarios de los mercados municipales al horario del cliente)

Los mercados municipales han desarrollado una labor de comercialización de productos perecederos que ha supuesto su consolidación como uno de los formatos más importantes en el tejido distributivo español. Los mercados municipales no permanecen ajenos a la reconfiguración de la demanda: necesitan conocer el comportamiento del consumidor actual que mediante un proceso racional o irracional selecciona, compra, usa y dispone de productos, ideas o servicios para satisfacer sus necesidades y deseos.

Atrapados en la lógica de renovarse o morir, la renovación de los mercados representa hoy en día su principal reto. Las primeras señales de crisis de los mercados municipales se manifestaron a principios de los noventa. Desde entonces ha sido una constante en el debate público culparlos de su incapacidad para adecuarse a los nuevos hábitos de los consumidores. En el relato oficial, a los cambios de gusto y tendencias de la sociedad, considerados como algo natural y espontáneo, las respuestas de los mercados han sido la mala gestión, la incapacidad de modernizarse, el abandono de las autoridades locales y el deterioro de los edificios.

La cuestión es cómo afianzar al cliente del mercado y cómo se pueden captar nuevos compradores. Renovar los mercados, ampliar el abanico de servicios y ofertas, y mejorar los horarios comerciales son las tres estrategias emprendidas hace años para estos espacios. Está claro que para captar más clientes jóvenes y familias hay que adaptarse a sus necesidades. Es el futuro de los mercados.

Actualmente, cada mercado tiene su librillo, como los maestros. Los hay que cierran al mediodía, otros no. Y en muchos de los que abren proliferan persianas bajadas.

Para ser más competitivos hay que añadir servicios, sobre todo porque los clientes de los mercados ya dan una nota muy alta al servicio -un notable-, básicamente por la atención personalizada y la relación calidad-precio. Los hábitos de consumo han cambiado y tanto el comercio tradicional como los mercados municipales deben adaptarse al ritmo de vida actual.

Los nuevos consumidores son uno de los públicos más complejos de conquistar hoy en día, ya que lo que ellos buscan  es muy diferente a lo que buscaban las generaciones anteriores. Además, la trepidante velocidad en la que la tecnología está evolucionando hace que esta generación cambie de opiniones, necesidades y gustos muy rápidamente, mucho más que en otras generaciones lo que provoca que sean unos consumidores cada vez más exigentes.

Renovarse o morir, es una de las frases más utilizadas cuando deseamos o necesitamos realizar un cambio.

Miguel de Unamuno fue quien dijo que “el progreso consiste en renovarse” poco a poco, consolidando así la frase hecha de “renovarse o morir”, destacando los beneficios de afrontar los cambios y no dejarse caer. Y en esa diatriba se encuentras nuestros mercados municipales.

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